Precio del zinc y su relación con el zamak – Codam S.A.

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Precio del zinc y su relación con el zamak

En el mundo de la metalúrgica, el zinc y el zamak son dos nombres que resuenan fuertemente, conocidos tanto por su durabilidad como versatilidad y eficiencia económica. En esta ocasión, veremos cuál es la situación del zinc en la actualidad en lo que respecta al precio y cómo este metal base es el pilar del zamak como una de las aleaciones más importantes del mercado.

Precio del zinc a lo largo del último año y su importancia en el mercado

El zinc es un metal no ferroso esencial que se posiciona como el 23er elemento más abundante en la corteza terrestre. Su precio se establece como una referencia global en plataformas como la Bolsa de Metales de Londres (LME), la cual proporciona datos clave como precios oficiales, cierres, volúmenes, entre otros.

El zinc ha tenido una importante fluctuación en su precio a lo largo del último año, a pesar de lo cual se ubica hoy en costos similares a los que tenía en agosto del 2024. Ubicándose en agosto de 2024 en aproximadamente 2.700 dólares la tonelada, y con una merma hacia mediados de septiembre del mismo año, en los días posteriores comenzó una fuerte subida con un pico en cerca de 3.300 dólares la tonelada hacia noviembre, a partir de lo cual empezó a bajar paulatinamente. Al 14 de agosto de 2025 el precio de cierre se ubicó en 2848 dólares la tonelada.

Zinc y zamak: una relación estratégica

El zamak es una aleación de zinc con adiciones de aluminio, magnesio y cobre. Siendo la base de la aleación, el zinc representa entre el 96% y el 98% en variantes como el zamak 5, pero puede cambiar en las otras opciones. Para ello, es fundamental que el zinc tenga una alta pureza para utilizarse en el zamak, debido a que eso es lo que puede evitar la presencia de impurezas como plomo o cadmio, que podrían debilitar o agrietar las piezas.

Por otra parte, la adición de otros materiales aportan al zamak distintas cualidades:

Magnesio: previene la corrosión intergranular y mejora la fluidez de la aleación durante la fundición.
Aluminio: fortalece la microestructura y mejora la resistencia.
Cobre: incrementa la resistencia a altas temperaturas y contribuye a la estabilidad de las propiedades mecánicas, ralentizando de esa manera que el material envejezca.

Las propiedades anteriormente mencionadas hacen que el zamak sea una opción preferente en la fundición a presión. Además, su bajo punto de fusión es considerablemente menor que el del aluminio o el acero, lo que se traduce en un ahorro energético de hasta el 25% en comparación con las aleaciones de aluminio y ciclos de inyección más rápidos. Por otra parte, es importante destacar su excelente maleabilidad, lo que permite la fabricación de piezas con detalles finos y formas intrincadas.

Finalmente, se debe mencionar que el zamak se caracteriza por su total reciclabilidad. Hoy en día las piezas de zamak se pueden fundir y reutilizar sin perder calidad ni propiedades mecánicas, lo que contribuye a la reducción de residuos industriales.

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