Forma: Lingotes de 10kg y de casi 24kg por unidad.
Nota: Bajo contenido de plomo.
Origen: Brasil – Perú.
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El sector de los metales es uno de los más relevantes a nivel mundial en la actualidad, ya que abastece a diversos sectores industriales y facilita la vida tal como la conocemos. Por esta razón constituye una de las industrias más dinámicas y cambiantes, estrechamente vinculada a los ciclos económicos de los países y a los cambios en sus políticas.
Estos metales son esenciales para la producción de herramientas, componentes y aplicaciones que sustentan tanto a la vida cotidiana de las personas como el funcionamiento de empresas y gobiernos. Por ello, las variaciones en los precios de los metales tienen un impacto significativo en múltiples sectores y en la población en general.
Presentamos a continuación algunos de los principales metales no ferrosos y las fluctuaciones que experimentaron a lo largo de 2024.
El níquel ha tenido múltiples movimientos en su precio a lo largo del año, comenzando el mismo en 16.000 dólares la tonelada y teniendo fuertes subas en el primer semestre del año. Su punto máximo fue en los 21.000 dólares la tonelada, momento a partir del cual comenzó un fuerte descenso, ubicándose en aproximadamente 15.085 dólares la tonelada para el cierre del año 2024.
Sobre el precio del cobre, éste comenzó el año en los 8.430 dólares la tonelada. Si bien no tuvo grandes modificaciones a lo largo del año, protagonizó algunas subidas de hasta más de 10.500 dólares la tonelada durante el primer semestre, reacomodándose después para terminarlo en los 9.500 dólares la tonelada. Al cierra del año el precio terminó muy cerca del precio inicial, ubicándose en aproximadamente los 8.100 dólares la tonelada.
Sobre el estaño, cerró el año en los 28.900 dólares la tonelada, pero llegó a rozar los 35.000 dólares a lo largo del año, con distintas variaciones en los diferentes meses de calendario.
Estos son los movimientos que han tenido durante 2024 los principales metales ferrosos que cumplen un rol tan importante para diversos sectores industriales alrededor del mundo como en la Argentina.
Fuente: LME.COM
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Siendo claves para la producción y para elementos, herramientas y distintas aplicaciones que hacen a la vida de las personas y al funcionamiento de las empresas y los Estados, lo que sucede en términos de variación de precios de los metales es fundamental para los distintos sectores y para la población en general.
Por eso, a continuación comentaremos cómo se desarrolla el cierre del precio de los metales no ferrosos para este año 2024 y cómo fue la evolución a lo largo del año.
El cobre es uno de los metales más relevantes a nivel mundial en la actualidad, debido fundamentalmente a su diversidad de usos y aplicaciones. Siendo uno de los principales conductores de electricidad, es muy común en sectores como la tecnología, la informática, la iluminación, entre otros, pero también en la industria en general.
Sobre el precio del cobre, éste comenzó el año en los 8.500 dólares la tonelada. Si bien no tuvo grandes modificaciones a lo largo del año, protagonizó algunas subidas durante el primer semestre, reacomodándose después para terminarlo en los 9.500 dólares la tonelada. Ahora, el cobre cierra el año muy cerca del precio inicial, ubicándose en aproximadamente los 8.840 dólares la tonelada.
El níquel se debe definir como un metal de transición no ferroso que se caracteriza por ser ligero y por ser un excelente conductor tanto de la electricidad como del calor. Además, una de sus particularidades es que es un metal dúctil y maleable que se suele combinar con el hierro para lograr una mayor resistencia a la corrosión a partir de la aleación.
El níquel ha tenido múltiples movimientos en su precio a lo largo del año, comenzando el mismo en 16.000 dólares la tonelada y teniendo fuertes subas en el primer semestre del año. Su punto máximo fue en los 21.000 dólares la tonelada, momento a partir del cual comenzó un fuerte descenso, ubicándose en aproximadamente 15.085 dólares la tonelada para el cierre del año 2024.
Vamos a concluir haciendo referencia al estaño, un metal que está cerrando el año en los 28.700 dólares la tonelada, pero que rozó los 30.000 y 34.000 dólares a lo largo del año, con distintas variaciones en los diferentes meses de calendario.
El estaño es un metal maleable y resistente a la corrosión que se usa con frecuencia como recubrimiento de otros metales. Esto, debido a que contribuye a protegerlos, especialmente del daño que pueden ocasionar los elementos y factores medioambientales. Por eso, es otro metal no ferroso clave en la industria.
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En este sentido, se encontró un barco mercante que se estima que se hundió en el año 1320 .C. frente a la costa occidental de lo que hoy es Turquía. Además de encontrar distintos artículos de lujo, los arqueólogos submarinos descubrieron que el barco contenía 10 toneladas de lingotes de cobre y también una tonelada de lingotes de estaño. Es un hallazgo que representa mucho más de lo que se había encontrado hasta el momento respecto de la Edad del Bronce.
Siguiendo lo mencionado con anterioridad, un equipo de investigadores afirmó que la mayor parte del estaño provenía de un yacimiento de Musgiston, en el noroeste de Tayikistán, cerca de la frontera de lo que hoy es Turquía y Siria. Lo que hicieron para llevar a cabo dicho estudio es tomar muestras de 105 lingotes de estaño del pecio, determinando de esa forma las firmas tanto químicas como isotópicas de la mayor parte del cargamento mencionado. Básicamente, lo que hicieron fue medir las proporciones isotópicas del estaño y el plomo, lo que permite proporcionar pistas sobre el origen del estaño en sí mismo.
Si bien es cierto que ha habido ciertas controversias entre los equipos que analizaron la información del cargamento, uno de los equipos sostuvo que debido a las características químicas y a las proporciones isotópicas, es probable que por lo menos una parte del cargamento provenga de Cornualles, en Gran Bretaña. Esto, debido a que se ha llevado a cabo una comparación con los lingotes de estaño de la Edad del Bronce procedentes de Gran Bretaña y de Israel. También se consideró probable que el estaño procediera de la Península Ibérica o del Erzgebirge sajón-bohemio.
Lo que se conoce como la Edad del Bronce fue un período que abarcó desde fines del cuarto milenio hasta comienzos del primer milenio antes de Cristo. No obstante, sus comienzos y finales dependen de la parte del mundo que se analice en cada caso. El uso del bronce como aleación respondía a la necesidad de contar con materiales más duros que el cobre por sí mismo.
Pese a lo anterior, lo cierto es que los minerales de estaño que eran accesibles durante aquel momento de la historia se pueden encontrar solamente en pocos lugares de Europa, Asia Central e Irán. En muchos sitios, las excavaciones arqueológicas permitieron determinar que los lugares en los que los materiales de estaño eran empleados no contaban con yacimientos de este metal. Por eso, el mismo debía ser obtenido a través del comercio de larga distancia.
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