Ácido crómico y el cromado de aluminio
Dentro de la industria de los metales, existen diferentes compuestos que cumplen un rol muy importante para su aplicación en los diversos sectores. Tal es el caso del ácido crómico y el cromado de aluminio, fundamentales hoy en día en diversos tipos de industrias y de empresas. A continuación, te contamos lo que debes saber al respecto.
¿Qué es el ácido crómico?
Lo que se conoce como ácido crómico es un agente oxidante muy fuerte que es muy común en la industria de los metales. Cuando este es neutralizado con sustancias alcalinas, forma compuestos de dicromato o de cromato. Es esto lo que le da el rol de ser un intermediario para la síntesis de otros compuestos.
En la actualidad, el ácido crómico tiene una gran diversidad de aplicaciones. Las más comunes incluyen su uso como agente de limpieza para material de laboratorio de vidrio, por su gran capacidad de eliminar residuos orgánicos insolubles; uso en vidrio cerámico y vidrio colorado; uso en mantenimiento de la madera en buen estado; uso en procesos de electroplatinado, entre otras cosas.
Al mismo tiempo, hoy, el ácido crómico es un excelente intermediario en diversas síntesis orgánicas, por lo que cuenta con un amplio abanico de aplicaciones. Este uso responde especialmente a la característica del ácido crómico de ser un poderoso agente oxidante.
¿En qué consiste el cromado?
Por su parte, cuando hablamos de cromado estamos haciendo referencia a una técnica que se aplica sobre los metales. Es una técnica de electrólisis a través de la cual lo que se hace es depositar una fina capa de cromo metálico sobre una superficie de metal. Un ejemplo claro de ello es el del aluminio cromado. A través de esta capa, el metal tratado se vuelve mucho más resistente a los agentes atmosféricos, a la vez que posee una superficie químicamente activa adecuada para ser pintada y pasa a ser dieléctrico.
En este sentido, es importante destacar que el ácido crómico se ha utilizado durante mucho tiempo con el fin de proteger al aluminio de la oxidación. A través de la aplicación de pequeñas cantidades de ácido crómico al agua que se emplea para el sellado de los metales, se puede desarrollar una superficie anodizada completamente sellada. Esta se caracteriza, a su vez, por ser mucho más resistente y estable que el metal en su estado natural. Además, el ácido crómico aplicado de esta manera ayuda a desestabilizar una parte de la estructura molecular, dejando una capa delgada pero adherente y resistente de óxido en la superficie del aluminio.
Así, mediante este proceso, se llega a la obtención de un aluminio que es mucho más resistente y que, por lo tanto, es plausible de ser utilizado en diversas aplicaciones, tanto industriales como vinculadas al sector de la construcción y del diseño. Se logra, de esta manera, un aluminio mucho más efectivo para los diversos ámbitos en que se introduzca.
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