El estaño y la protección contra la corrosión. Recubrimiento de Estaño.

Los recubrimientos, en el mundo de los metales, ocupan un rol muy importante. Esto se debe a que son procedimientos orientados a aumentar la protección de estos frente a la corrosión y el accionar de los agentes externos. En esta ocasión, vamos a hablar en particular del recubrimiento de estaño, que es un proceso que tiene más de 200 años de antigüedad y que ha ido mejorando sustancialmente con el paso del tiempo.

¿Qué es el recubrimiento de estaño?

Cuando hablamos de recubrimiento de estaño, estamos haciendo referencia a un proceso metálico que es llevado a cabo a través de un baño electrolítico sobre las piezas metálicas. Otra forma de nombrar a este proceso es como galvanizado. Lo que busca, fundamentalmente, es crear una reacción química añadiendo una capa delgada de metal sobre una base generada con otro metal.
Como hemos mencionado previamente, este proceso tiene una historia de más de 200 años. Sin embargo, ha ido mejorando y optimizándose con el paso del tiempo y gracias a los avances en materia tecnológica. Distintos metales se pueden tratar a través de un recubrimiento con estaño, desde el bronce hasta el zamac y el latón. Esto, dependiendo de las características particulares de cada metal. El tratamiento apunta a mejorar las propiedades físicas de dichos metales, como así también su uso en distintas aplicaciones en la industria.

¿En qué consiste el proceso de recubrimiento?

La totalidad del proceso de recubrimiento de metales con estaño se lleva a cabo de la siguiente manera:

• Preparación de la superficie:
  Antes de aplicar el estaño, es necesario preparar la superficie del metal base. Lo que esto quiere decir es quitar cualquier suciedad, grasa u óxido que puedan interferir con la adherencia del estaño. Para limpiar la superficie se debe usar un proceso de decapado y desengrase que puede incluir productos abrasivos y químicos.
• Fluxado:
  El segundo paso en el proceso de recubrimiento de estaño es el fluxado. Este consiste en la aplicación de un agente flux sobre la superficie base. El flux se trata de una sustancia capaz de eliminar cualquier óxido residual, al mismo tiempo que promueve una mejor adhesión del estaño fundido. Habitualmente, los fluxes son a base de ácido fluorhídrico o cloruro de zinc.
• Inmersión:
  A continuación, se lleva a cabo el proceso de inmersión. Cuando el metal base ya está listo, se procede a sumergirlo en un baño de estaño fundido. Este se mantiene a una temperatura constante para asegurar que se mantenga líquido todo el tiempo en que sea necesario.
• Enfriamiento:
  Por último, cuando ya se ha sumergido el metal en el estaño fundido durante el período de tiempo determinado, lo que se hace es retirarlo y dejar que el exceso se escurra. Posteriormente, la pieza ya recubierta es sometida a un proceso de enfriamiento completamente controlado. El objetivo de esto es solidificar el estaño y asegurar que se forme una capa 100 % uniforme en la superficie. Lo último es una revisión e inspección de la pieza ya cubierta para verificar que cumpla con los requisitos de cada caso.

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