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El hipofosfito de sodio y la galvanoplastia

En la actualidad, el hipofosfito de sodio es cada vez más frecuente en el ámbito industrial. Se trata de un tipo de sal que tiene orígen en el ácido hipofosforoso. Para reconocerlo, hay que tener en cuenta que se presenta en forma de cristales blancos inodoros que son solubles al agua, a la vez que el hipofosfito de sodio es sólido cuando está a temperatura ambiente.

¿Cuáles son las propiedades del hipofosfito de sodio?

Antes de pasar a su relación con la galvanoplastia, debemos hacer referencia a las propiedades del hipofosfito de sodio para entender su rol en el sector industrial. En este sentido, las propiedades a destacar de este componente son las siguientes:

Salud 1

El hipofosfito de sodio es uno de esos materiales que generan irritación. No obstante, al estar categorizado como “Salud 1”, el hipofosfito de sodio solamente genera daños residuales de baja envergadura. Es decir, daños que no llegan a requerir asistencia médica.

Inflamabilidad 0

Cuando el nivel de inflamabilidad es de 0, esto quiere decir que es un producto que no se quema. Por eso, al tener ese número, el hipofosfito de sodio no se incendia.

Reactividad e inestabilidad 1

Finalmente, otra de las propiedades que es importante destacar del hipofosfito de sodio es su nivel de reactividad e inestabilidad 1. Se trata de materiales que tienden a ser estables per se. De todos modos, pueden tener una determinada inestabilidad en caso de ser sometidos a temperaturas muy elevadas o a altas presiones.

También pueden reaccionar al contacto con el agua, generando la liberación de una determinada cantidad de energía. De todos modos, en este último punto es muy importante aclarar que ninguna de esas reacciones, en caso de suceder, ocurre de forma violenta.

El hipofosfito de sodio y su relación con la galvanoplastia

Dentro de las aplicaciones que el hipofosfito de sodio tiene en la actualidad, la más importante tiene que ver con su rol en la galvanoplastia. En este marco, el hipofosfito de sodio se emplea como un agente reductor de galvanoplastia. También se puede emplear para la síntesis de una variedad de agentes de tratamiento de agua.

Además de estos usos, el hipofosfito de sodio puede ser usado como catalizador de reacciones químicas, como activador de interfaz de resina, como estabilizador, como regulador de peso molecular y como estabilizador de calor y aditivos alimentarios. 

Dentro de los tipos de galvanoplastia, donde con mayor frecuencia encontramos el hipofosfito de sodio es en la galvanoplastia autocatalítica. Esta consiste en la deposición de un metal debido a una reacción química controlada. A diferencia de las soluciones de electrodeposición, este método no requiere de una fuente externa de corriente para poder llevarse a cabo. Estos baños, por el contrario, emplean agentes reductores químicos acumulados en el baño. Así, el proceso genera una acumulación continua de depósito, debido a que el metal que está siendo revestido es un catalizador también para la reacción de galvanoplastia. Es esto lo que le da el nombre de autocatalítica.

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