Cuidados en la manipulación del níquel
Cuando se encuentra en estado puro, el níquel es un metal duro, de color blanco-plateado.
Tiene propiedades que desde hace mucho tiempo lo tornan deseable para combinarse con otros tipos de materiales y poder dar lugar a diferentes aleaciones.
Algunos de esos metales con los que se tiende a combinar al níquel son el hierro, el zinc, el cromo y el cobre, entre otros.
Las aleaciones creadas con níquel se usan especialmente en la fabricación de joyas y de monedas. Además, aparecen en las fábricas que se encargan de generar intercambiadores de calor y distintos tipos de válvulas.
La mayor parte del níquel es usado, además, en la fabricación del acero inoxidable.
Además, se combina con otros elementos para formar compuestos de níquel, como son el azufre, el oxígeno y el cloro. Muchos de esos compuestos de níquel resultan solubles en agua y no poseen un olor característico.
Los compuestos de níquel tienen grandes aplicaciones en la coloración de cerámicas, en el niquelado, en la fabricación de baterías, entre otras cuestiones.
El níquel y la salud
Los científicos han desarrollado una gran variedad de pruebas para poder encontrar formas de tratamiento y para poder proteger a las personas con respecto a los efectos perjudiciales del contacto con sustancias tóxicas. Una forma de determinar si una sustancia química va a perjudicar a una persona, es averiguando si esa sustancia es absorbida, es usada y liberada por el cuerpo humano. El efecto más frecuente que se da en los seres humanos cuando hay una exposición inadecuada al níquel tiene que ver con una reacción alérgica.
En la actualidad, entre el 10 y el 20% de la población presenta algún nivel de sensibilidad al níquel. Una persona puede ser sensible a este material cuando utiliza joyas u otros elementos que lo poseen, por lo que se mantiene en un contacto tan directo como prolongado con la piel, generando reacciones. El uso de aros o joyas en las orejas que contienen níquel también puede generar una sensibilización al níquel en una persona. No obstante, no todas las joyas que contienen níquel lo liberan de manera suficiente como para sensibilizar a un ser humano.
Una vez que la persona ya ha sido sensibilizada alníquel, el contacto adicional con ese metal es el que puede acabar provocando la reacción alérgica. La reacción más común es, como en otros casos, el salpullido en la piel, especialmente en el área que se encuentra en contacto con el metal. Algunas personas que sean extremadamente sensibles, también, pueden llegar a desarrollar dermatitis en un área de la piel que no sea exactamente la de contacto.
En el caso de los trabajadores en contacto con el níquel, algunos pueden desarrollar problemas de asma a través de la inhalación. Pese a ello, es raro que ocurra y no se visualizan demasiados casos de esa índole, por lo que resulta relativamente seguro trabajar con ese material. Sin embargo, cuando se trabaja con níquel o con otros compuestos, siempre se recomienda tener los cuidados básicos, que incluyen el uso de guantes, de máscaras para la respiración y de formación para el manejo responsable.