Características, virtudes y durabilidad del zamak
El zamak es uno de los materiales más populares en distintos ámbitos. Se consigue a través de una aleación de zinc con aluminio, magnesio y cobre. Es una aleación que ha sido creada en la década de 1920, siendo en la actualidad muy económico en comparación con otros metales, pero también altamente resistente, reciclable e ideal para todo lo que es joyería y bisutería.
Es gracias a estas propiedades que constituye un material de alta calidad fácil de fundir y de inyectar. Esto permite la fabricación de piezas únicas con detalles específicos y acabados realmente perfectos.
Ventajas del zamak
Una de las primeras ventajas que podemos destacar de este metal tiene que ver con que su contenido es completamente libre de níquel, lo que lo vuelve hipoalergénico. Posee muy buena resistencia y una estética que se asemeja considerablemente a la de la plata. Solamente con el paso de una buena cantidad de años puede ir perdiendo un poco de brillo. No obstante, si se limpia las piezas con regularidad, las piezas pueden mantener el brillo del primer día durante muchos años.
Además de las mencionadas con anterioridad, podemos destacar otras ventajas acerca del zamak:
Precisa menos consumo de energía para su transformación que otros materiales
- La inyección a presión permite generar piezas a gran escala
- Las piezas por inyección de este material permiten reproducir todos los detalles buscados
- Los ciclos de inyección son muy rápidos
- Se ahorra en mecanizados y energéticos
¿Cómo mantener el zamak?
Como decíamos con anterioridad, el zamak puede durar muchos años sin perder el brillo y la estética del primer día sin necesidad de grandes mantenimientos, solamente con una limpieza regular. De todos modos, se debe tener en cuenta que puede llegar a oxidarse con el aire. Por ello, para poder mantener las piezas de bisutería de zamak lo que se recomienda es mantenerlas guardadas en bolsitas de celofán.
Si se ve que va perdiendo brillo, la bisutería de zamak se puede limpiar fácilmente con una esponja o un cepillo de cerdas suaves. Se recomienda evitar aquellos elementos que sean abrasivos y puedan dañar el material. Para limpiar el zamak siempre es conveniente usar jabón neutro o una mezcla entre agua y vinagre blanco. Si con esto y con una esponja o cepillo suave no se logra eliminar la suciedad, se puede acudir al bicarbonato de sodio. Con estos mantenimientos simples es posible mantener los elementos de este material en excelentes condiciones a lo largo de muchos años.
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