Lo que hay que saber sobre la fundición del zamak
A la hora de trabajar con zamak, el proceso de fundición es indispensable. Generalmente, cuando hablamos de fundición, hablamos de la que se realiza a presión y que es la que permite que se puedan fabricar piezas en este material. Es un procedimiento que se puede utilizar tanto para la creación de componentes de piezas, como para productos completamente terminados, siempre con zamak.
Hablemos del zamak
Para comprender cómo funciona la fundición, es necesario entender bien en qué consiste el zamak. El zamak es un material que consiste en una aleación de 4 metales, como son el zinc, el aluminio, el magnesio y el cobre. Es de esa forma que se da lugar a este material, cuyo nombre proviene del alemán.
Entendiendo su composición, podemos comprender por qué el zamak es un material frecuentemente utilizado para la creación de piezas complejas, con detalles y, además, piezas duraderas en el tiempo y resistentes.
Hay que tener en cuenta que, hoy, las piezas fabricadas en zamak se pueden usar en distintos sectores, como es el caso de la telefonía, la electrónica, el automóvil, la electricidad, la construcción, la decoración de interiores, los juguetes, entre muchos otros.
¿En qué consiste la fundición a presión del zamak?
Habitualmente, al proceso de fundición del zamak se lo conoce como inyección. Consiste, básicamente, en un proceso de fabricación de piezas metálicas en el que el metal fundido es inyectado en la cavidad de un molde de acero, para mecanizar luego a altas temperaturas.
Lo cierto, sin embargo, es que no existe una única manera de llevar a cabo este proceso. La forma en que se realice va a depender de los objetivos y necesidades de cada caso. Así, podemos encontrar dos tipos de cámaras. Por un lado, la cámara caliente, donde se realiza un proceso de fundición que permite crear aleaciones que no ataquen ni erosionen los crisoles de metal, émbolos y cilindros.
Por otra parte, encontramos la cámara fría. Esta se recomienda especialmente cuando se quiere trabajar con puntos altos de derretimiento. En este caso, el metal se licúa y, desde ese punto, se cuela en una cámara fría donde un émbolo de accionamiento hidráulico empuja el metal hacia el molde.
La importancia de los moldes en la fundición de zamak
Tomando lo mencionado más arriba, podemos dar cuenta de que uno de los componentes más importantes en el proceso de fundición de zamak tiene que ver con los moldes. El zamak es un material de alta fluidez, lo que permite que sea empujado hacia los moldes al emplearse gran presión. Cuando eso pasa, el metal es capaz de llegar a cualquier parte y rincón del molde.
Cada máquina que se utiliza durante el proceso suele contar con un crisol en el que se introduce el material base en forma de lingote. Posteriormente, este se funde a temperaturas que suelen oscilar en los 430°C. Cuando el zamak ya está fundido, se inyecta en una matriz.
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