Atribuciones únicas de metales no ferrosos

Cuando hablamos de metales no ferrosos estamos haciendo referencia a un conjunto excepcional dentro del mundo de los metales. Todos y cada uno de ellos ostentan atribuciones únicas que los destacan y que hacen que sean utilizados en una muy amplia diversidad de ámbitos. El principal valor de estos metales radica en sus propiedades que los hacen, hoy, indispensables en muchos sectores. A continuación, vamos a contarte cuáles son estas principales atribuciones de los metales no ferrosos y por qué son tan importantes en la actualidad.

Menor peso

La primera de las características típicas de los metales no ferrosos que queremos destacar tiene que ver con su menor peso en comparación con otros metales. Estos son mucho más ligeros, lo que proporciona una sustancial ventaja en aquellas aplicaciones en las que la densidad es uno de los factores más importantes en la elección de los metales.
Algunos de los ámbitos que pueden favorecerse de estos metales ligeros son la construcción aeroespacial, como así también la fabricación de dispositivos electrónicos, entre otros. Esto, debido a que es una forma de habilitar la creación de productos más livianos, sin por eso sacrificar la resistencia que se espera en estos metales.

Conductividad

Los metales no ferrosos se caracterizan por tener una conductividad eléctrica y térmica excepcional. Un ejemplo claro de esto es el del cobre, que es reconocido fundamentalmente por su alta eficiencia a la hora de transmitir electricidad. Por su parte, el aluminio es reconocido por su muy alto nivel de conductividad térmica. Son propiedades que los hacen indispensables en industrias tales como la electrónica, la eléctrica y la transmisión de calor.

Resistencia a la corrosión

Uno de los puntos más importantes a la hora de evaluar un metal tiene que ver con su resistencia a la corrosión. Este es otro de los aspectos que destaca a los metales no ferrosos. Algunas aleaciones tales como el titanio, el aluminio y el cobre-níquel poseen una resistencia natural muy importante que incluye también a la oxidación. Por eso, estos metales son también idóneos para aplicaciones en entornos químicos, marítimos o expuestos a la intemperie y las condiciones climáticas adversas.

Propiedades no magnéticas

Los metales no ferrosos no poseen propiedades magnéticas. Es esto lo que los vuelve indispensables en aquellas aplicaciones en las que la presencia de campos magnéticos podría llegar a interferir con su función. Ejemplos de eso son los equipos médicos de resonancia magnética y los dispositivos electrónicos sensibles.

Valor decorativo

Finalmente, además de las propiedades que hacen a la utilidad de los metales no ferrosos, estos también tienen una extensa tradición como elementos decorativos. Algunos ejemplos de esto son el cobre, el oro, la plata y el bronce, que han sido históricamente apreciados por su belleza, usándose tanto en ornamentos como en esculturas y en joyería.

Como hemos podido ver, los metales no ferrosos poseen atributos únicos que los posicionan como elementos clave en una muy amplia diversidad de industrias. Esto, debido a sus propiedades tanto químicas como físicas y estéticas.

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