Technical Specifications
Physical Characteristics: White powder
Packaging: 25 kg bags.
Source: France / China
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Chemical Analysis
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Physical Characteristics: White powder
Packaging: 25 kg bags.
Source: France / China
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Las monedas bimetálicas, si bien son las de menor costo en la serie conmemorativa del Mundial, son crucialmente importantes y se destacan por ser la segunda pieza más grande jamás emitida por Banxico. Su diseño anverso presenta el Escudo Nacional y la leyenda “Estados Unidos Mexicanos” en semicírculo, mientras que el reverso exhibe un diseño alusivo a la Copa del Mundo 2026, junto con elementos de seguridad como microtexto e imagen latente.
La estructura de estas piezas es particularmente interesante, debido a que combina dos aleaciones distintas que determinan su composición en cobre y níquel, resultando en una forma dodecagonal. El peso total de cada pieza, por tanto, es de 12,67 gramos, y su diámetro alcanza los 30 milímetros.
El corazón o núcleo de la moneda bimetálica está compuesto por una aleación denominada alpaca plateada. Esta composición es la que integra el primer conjunto de cobre y níquel. El núcleo contiene un robusto 65% de cobre, lo que proporciona la base estructural del material. El níquel también tiene un rol importante en esta sección, constituyendo el 10% de la aleación, mientras que el zinc complementa el 25% restante. Esta alineación precisa de metales dota al núcleo de sus propiedades y su apariencia.
Finalmente, es importante destacar que la fabricación de la moneda bimetálica exige que el anillo exterior -es decir, la sección que bordea el núcleo- tenga una composición metálica diferente. Este anillo se fabrica a partir de una aleación de bronce y aluminio. En este componente, el cobre es el metal predominante, alcanzando el 92% de la composición total. El níquel también forma parte de la aleación del anillo, aunque ello en una proporción mucho menor que en el núcleo, representando así solo el 2%. El 6% restante se corresponde con el aluminio. La incorporación de estos materiales y proporciones contribuye a la solidez ejemplar, cuyo canto presenta un estriado discontinuo.
Para concluir, un punto importante es que la emisión de estas piezas conmemorativas no solamente subraya la relevancia del evento deportivo que deja en vilo a gran parte del mundo durante lo que dura, sino que también enriquece la cultura numismática a través de una cuidadosa selección y combinación de metales como el níquel y el cobre, diseñados para perdurar en el tiempo.
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El ácido crómico se presente por lo general en forma de prismas de color rojo purpúreo oscuro. Es un ácido fuerte y un agente oxidante energético. No obstante, hay que tener en cuenta que su uso debe ser estrictamente controlado, debido a que el cromo hexavalente, una forma que se puede crear a partir de procesos industriales, es altamente nocivo. Se considera la forma más tóxica del metal pesado, por lo que se debe cuidar de no sufrir inhalación o contacto con la piel.
En la producción de vidrio, el ácido crómico se emplea fundamentalmente para proporcionar color. El efecto de coloración es una consecuencia de la absorción y emisión de luz en las capas electrónicas de los iones de cromo disueltos.
Cuando se añade el polvo de mineral de cromo, cuyo componente principal es el óxido de cromo, el color dominante es el verde. Los iones son estables en condiciones de oxidación y absorben selectivamente la luz azul-violeta, reflejando la luz amarillo-verde, lo que produce el tono verde característico. Por ejemplo, se suele usar para la fabricación de botellas para lograr un color verde oscuro que ayuda a bloquear los rayos ultravioleta.
La cantidad de Cr2O3 utilizada suele variar entre 0.1% y 2% de la masa total del vidrio. Una adición excesiva podría resultar en un color demasiado oscuro o incluso en turbidez.
Hay que tener en cuenta que, además de su rol como colorante, una solución de ácido crómico en ácido sulfúrico, conocida como mezcla sulfocrómica, es un potente agente de limpieza para material de vidrio de laboratorio, especialmente para eliminar residuos orgánicos.
En el mundo de la cerámica, por su parte, el ácido crómico se usa en la coloración de esmaltes y productos cerámicos. El tono final depende de la composición del esmalte y, especialmente, de la atmósfera del horno. El cromo disuelto puede estar presente como Cr3+ o Cr6+.
Cromo (III): Es el catión predominante y más estable. Tiende a producir un color azul verdoso. El óxido de cromo es poco soluble en silicatos fundidos, por lo que actúa como un pigmento que confiere al esmalte su color verde característico.
Cromo (VI): Su presencia aumenta en condiciones de cocción fuertemente oxidantes, resultando en una coloración amarilla.
Combinación: Si coexisten los iones Cr3+ y Cr6+ en vidriados transparentes, la mezcla resultante es un color verde esmeralda.
En conclusión, el ácido crómico es un material clave que proporciona colores vibrantes y propiedades ópticas al vidrio y la cerámica.
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Siguiendo lo mencionado con anterioridad, los mordientes textiles son el paso esencial que permite a las fibras aceptar y absorber eficientemente cualquier tinte. Al ser sumergida en una solución de mordiente, la tela puede integrar la sustancia que posteriormente ayudará a la tinta a penetrar y adherirse mucho mejor.
El sulfato de cobre cumple con esa función clave debido a que es altamente soluble en agua y, al usarse en el proceso de mordentado, ayuda a abrir la estructura de la fibra. Esto resulta en una penetración más eficiente del tinte, mejorando consecuentemente la resistencia y la durabilidad del color. La solución de mordiente debe, para eso, prepararse disolviendo el sulfato de cobre en agua caliente hasta lograr una mezcla homogénea.
Más allá de su rol como agente de fijación, el sulfato de cobre es valorado como un entonador o modificador cromático. Al igual que sucede con el sulfato ferroso, este componente metálico tiende a opacar los colores originales. No obstante, la característica más distintiva del cobre es el matiz verdoso que confiere al tinte. Este sutil cambio de tonalidad puede aportar un toque único a la tela, especialmente cuando se aplica al final del proceso de teñido usando tintes naturales. La capacidad del sulfato de cobre para alterar los colores hace que su uso sea una alternativa a otros mordientes, como el alumbre potásico, cuya versatilidad lo posiciona como una opción más segura.
Con el fin de obtener resultados óptimos, es vital seguir siempre las proporciones recomendadas. Cuando se usa sulfato de cobre como mordiente, la dosificación correcta es de 13 gramos por cada kilogramo de tela. El proceso de teñido, al incorporar el sulfato de cobre, generalmente requiere la inmersión de la tela en la solución de mordiente, seguida de un lavado para retirar el exceso del compuesto, antes de proceder al teñido mismo y un lavado final.
Siempre es importante recordar que el sulfato de cobre es un compuesto que, en altas concentraciones o al ser ingerido o inhalado en polvo, resulta tóxico para los seres humanos y otros organismos. Por eso, su manejo requiere la adopción de medidas de seguridad rigurosas y una cobertura corporal adecuada. Las especificaciones de uso varían de acuerdo a cada tejido, el tinte empleado y los resultados deseados.
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